Nombre: Renee

martes, septiembre 12, 2006

Por el SamBoas, La cuca, El oso, Karenin y Nanilka

Muchas veces me he preguntado si nunca podré amar a un hombre como a mi perro............. El Boas recibe todo mi cariño, podrá en algún momento hacer travesuras y tengo que molestarme, pero mi enojo no dura más de unos minutos y vuelvo a acariciarlo. He pensado que mi eterno cariño se debe a que él es mío y que es mi resposabilidad. Por ello, he llegado a tener la absurda idea de si quiero llegar a vivir con alguien para "toda la vida" tendría que verlo como una adquisición o un regalo, ya sea que "compre un hombre, o alguien me regale uno" (tal vez su mamá o la ex)

Pero leyendo La insoportable levedad, encontré algunas respuestas ante este amor inagotable hacia los caninos.
Kundera nos dice a través de las reflexiones de Teresa, que el amor entre un hombre y un perro es desinteresado, no lo educamos para transformarlo, sino para poder entablar una comunicación y tener una vida en común, señala también que el amor hacia el perro es voluntario, nadie nos fuerza a él. Y lo principal, el amor de un perro nos otorga el don del idilio, nadie más que él porque no ha sido expulsado del paraíso. En este amor no hay conflictos, no hay evolución. La vida de los perros es repetición, y dice Kundera:

"El tiempo humano no da vueltas en redondo, sino que sigue una trayectoria recta. Ese es el motivo por el cual el hombre no puede ser feliz, porque la felicidad es el deseo de repetir......."

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

En la Vida de las Personas tan sólo somos Mentiras y Verdades

En Nosotros hierven deseos

En las sombras tan sólo sueños

En el día alumbra la buena estrella

5:55 p.m.  

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